El Museo Vasco, puerta internacional de la cultura vasca
La inversión de la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao prevista para este proyecto cultural es de 20 millones de euros. Euskal Museoa dibuja un museo de sociedad con áreas punteras formadas por un depósito visitable, un laboratorio gastronómico, un centro de conocimiento o una exposición semipermanente y vanguardista.
El Museo Vasco de Bilbao ha presentado el proyecto de renovación integral de la institución vizcaína. Al acto de presentación han acudido el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria, el Alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y la Coordinadora del Museo Vasco, Sorkunde Aiarza. Este trabajo busca convertir al Museo Vasco en la puerta de la cultura vasca, abierta al Mundo, y consolidarse así a futuro como centro de primer orden de calado internacional. Actualmente, en pleno crecimiento, con el incremento de su colección y la digitalización de más de 4.000 piezas accesibles online. Además, un ascenso de visitantes del 36% en 2019 y más de 100.000 visitas, que se han multiplicado por dos en los últimos 4 años, y más de 70 eventos celebrados en su claustro el último año. Este proyecto plantea que la superficie del nuevo Museo Vasco destinada a uso público pase del 57 al 85%.
Este trabajo, con una inversión por parte de la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao de 20 millones de euros, continúa avanzando. Entre 2016 y 2018 se realizó una intervención de adecuación del Claustro que consistió en la reforma del solado, la limpieza de fachada y la instalación de un cubrimiento acristalado integrado en el edificio y orientado a favorecer la conservación de las piezas.
Además, en ese mismo año se realizó una inversión de 5 millones de euros para adquirir el edificio Kurtze, situado en la calle Cruz junto al museo actual, con el objetivo de convertirlo en espacio museístico-cultural. Actualmente, con la adecuación de un depósito externo que albergará el grueso de la colección del Museo en perfectas condiciones de conservación ya finalizada, la institución acaba de adjudicar el traslado por un importe de 413.248€. Estas labores comenzarán en las próximas semanas y deberán finalizar en un plazo máximo de un año. Un espacio exclusivo para estas piezas que posibilita su gestión de forma mejorada y vanguardista, y que liberará espacio en el edificio principal del Casco Viejo bilbaíno para uso público.
Por otra parte, el Museo Vasco se encuentra actualmente realizando el concurso internacional del proyecto con participación de jurado para la intervención integral arquitectónica y museográfica del centro. Este concurso se licitó el pasado 22 de noviembre y los equipos candidatos pudieron presentar sus proyectos hasta el 22 de enero. Un jurado profesional valorará ahora los 9 proyectos presentados y decidirá quién es el equipo encargado de diseñar el nuevo Museo Vasco. Este equipo encargado de decidir el proyecto ganador está formado por las/os arquitectas/os Mikel Ocio, Matxalen Acasuso, Elisa Valero Ramos, e Ibon Areso. Juntos a estos la restauradora Zuriñe Antoñana, la museógrafa Cristina Novoa, y la historiadora Arantza Cuesta. La secretaría del jurado estará en manos de Iñigo Villate, y la presidencia del mismo contará con el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao, Gonzalo Olabarria. Por su parte, las 8 propuestas anónimas llegan bajo 9 lemas distintos: HARITZ BERRIA, EKO-NEKTA, ¡ERROTIK!, HASIERAREN HAZIA, HARTZULO BARRI, AZTARNA, EL LAUBURU, SUSTRAI BIZIAK, y GU GEUK. Las empresas candidatas tuvieron la opción de realizar una visita técnica a los diferentes espacios de la institución el 10 de diciembre. A las mismas acudieron 12 equipos, aunque la no presencia en estas visitas no era excluyente.
El jurado decidirá cuál de los proyectos presentados es el ganador del concurso en torno al mes de abril. Una vez tomada la decisión el quipo vencedor deberá entregar el proyecto definitivo en el último trimestre de 2020. Tras esto, se adjudicará e iniciará la obra en el primer trimestre de 2021. Unas labores que, a día de hoy, y hasta que no se conozca el proyecto finalista, se desconoce cómo se llevarán a cabo exactamente. Una vez finalizada la obra se prevé que el nuevo Museo Vasco abra sus puertas en el año
2023, momento en el que se cumplirán 100 años desde que abriera sus puertas por primera vez como Museo Etnográfico y Arqueológico Vasco.
Aretz bizia: plan museológico-interpretativo
Tanto este proyecto como el nuevo museo llegan bajo el concepto Aretz Bizia. Un concepto desarrollado ya en su nuevo Plan Museológico-Interpretativo que concibe un museo de sociedad abierto al Mundo que busca un replanteamiento funcional y museográfico que incluye la remodelación integral del edificio y un nuevo diseño del discurso expositivo. De ahí que la institución haya solicitado equipos multidisciplinares a la hora de recibir los proyectos candidatos.
En esta línea, el concepto Aretz es un homenaje a la pieza de la colección actual Aretz-zarra, mientras que la denominación bizia habla del dinamismo y sentido de continuidad, fonéticamente asociado a Bizkaia y Bilbao. Una metáfora que trata de proyectar la idea de que el museo, la propia sociedad y la cultura vasca, al igual que el roble, son organismos vivos en permanente crecimiento en el que todas/os las/os ciudadanos juegan un papel relevante.
Siempre sin olvidar el objetivo principal del Museo Vasco, la difusión de la cultura vasca, este proyecto que contará con una inversión de 20 millones de euros aspira a llevar a la institución a triplicar sus visitantes actuales, impulsar la conmemoración de su centenario en el año 2023 y optar al Premio Museo Europeo del Año (EMYA) una vez que el nuevo Museo abra sus puertas.
Uno de los objetivos es conseguir más de 6.400m2 de superficie museística en el futuro, un incremento del 38% respecto a la actualidad. Según este proyecto, el nuevo Museo Vasco contaría con una exposición ampliada en todas las plantas abierta en torno al claustro. El propósito fundamental sería generar un recorrido en el que el diálogo pasado-presente-futuro basado en los modos de vida vascos que invite a descubrir las piezas más significativas, siempre fomentando la creatividad de las/os visitantes. En definitiva, una exposición orientada al público familiar, modulable y renovable periódicamente. Para ello, se piensa en áreas propias de un equipamiento avanzado con espacios dedicados a la gastronomía en forma de laboratorio, depósitos visitables con tecnología puntera o un centro de conocimiento. Destacable será la presencia del euskera que llegaría como la savia del tronco de ese roble y que, junto al resto de elementos, pretende proyectar un mensaje de orgullo de pertenencia.
En todo momento conectado a su entorno cercano y lejano, especialmente pensando en la diáspora vasca, buscaría impulsar acciones que ya actualmente se realizan como desarrollar una programación ampliada educativa y de digitalización, profundizar en la colaboración con donantes que favorecen el crecimiento de los fondos, multiplicar la organización de eventos relacionados con la cultura, consolidar la presencia en la comunicación digital o realizar proyectos de colaboración con otras entidades. Instituciones con las que comparte ámbito (San Telmo, Baiona, Boise), territorio (Museos de Bizkaia) y proyección europea.
Este proyecto llega con el compromiso de completarse en los próximos años para continuar albergando la parte material e inmaterial de la cultura vasca y ser tractor generador de valor público. En este aspecto, los próximos pasos a dar serán continuar con la instalación del mobiliario técnico y traslado de la colección desde el Museo Vasco hasta el depósito externo, y la redacción del proyecto arquitectónico y museográfico de remodelación integral.
Pasos que harán estar más cerca de lo que en un futuro será un nuevo Museo Vasco más internacional y conectado con la ciudadanía.
Fuente: Diputación Foral de Bizkaia