Jose Mari Eguileor, la música de Mundaka
Jose Mari Eguileor puso la nota musical y dio vida a tradiciones que hoy son la esencia de Mundaka. Los mundialmente reconocidos carnavales de Mundaka, “Aratusteak”, con su “estudiantina” o la mágica noche de San Juan, son parte de su legado.
Inquietud cultural en estado puro. Eso era el mundakes Jose Mari Eguileor. Con su tesón y pese a las dificultades de la época que le tocó vivir, consiguió hacer que todo un pueblo sintiese pasión por la cultura, la tradición y la música..
Jose Mari Eguileor nació en el seno de una familia íntimamente ligada a la cultura, al arte en todas sus formas, y 100% musical. Hijo de un ebanista lekeitarra, la madera de artista y músico se le inculcó en casa. “Primero mi bisabuelo Bixentitxu compartió pasión cultural con su vecino Resurrección Maria de Azkue, vivían en portales contiguos. Ahí empieza la historia cultural de nuestra familia. Después mi abuelo Tomás se trasladó a Mundaka a hacer los trabajos de ebanistería en Gure Etxea, se casó con mi amuma Carmen y desde entonces estamos radicados aquí.”, cuenta Zorion Eguileor, hijo de Jose Mari Eguileor, heredero de su inquietud artística, actor y cantante de profesión.
Cuando Tomás Eguileor instaló su taller de ebanistería en el edificio que hoy sigue perteneciendo a la familia, en el edificio de la “Fonda”, dio con los primeros acordes de una vida dedicada a la pasión por la música de su hijo Jose Mari. “Mi abuelo era muy buen guitarrista e hizo que todos sus hijos tocarán algún instrumento. Todos tocaban el piano, otros el violin…y mi padre, Jose Mari, tocaba todo lo que le cayese en las manos, él hacía música”, recuerda Zorion.
La canción popular «Aratuste» de los carnavales de Mundaka
Lee el artículo completo en nuestra revista Urdaibai Magazine nº11 (pág 18)