Urdaibai es TOP todo el año
LA INCONFUNDIBLE SILUETA DE SAN JUAN DE GAZTELUGATXE
Entre los pueblos marineros de Bermeo y Bakio surge el islote de Gaztelugatxe, coronado por la ermita de San Juan. Ya documentada en 1053, durante sus casi mil años de historia el templo ha presenciado desde actos de piratería y naufragios, a ceremonias religiosas en épocas más recientes.
La capilla está unida a la costa por un puente de 231 peldaños, rasgados en un acantilado de roca flysch –en la Península solo la hay en la Cornisa Cantábrica– que queda al descubierto cuando baja la marea. No hay otro balcón mejor en la costa vizcaína que esta atalaya que, junto a la cercana peña de Aketxe forma una reserva natural de gran valor por ser lugar de cría de aves marinas.
LA AUTENTICIDAD DEL VALLE DE OMA
Recorrer el valle de Oma es un placer que te permite descubrir un paraje cargado de arte y naturaleza, de molinos y caseríos de origen medieval, de bosques y paisajes únicos. En Santimamiñe (Kortezubi), donde los primeros habitantes de esta tierra dejaron su huella, comienza este paseo hacia el barrio de Oma, silencioso y auténtico, que guarda preciosas joyas, como el milino de Bolunzulo y la pequeña ermita de San Pedro. Todo ello rodeado de un paisaje kárstico.
UN ESPECTÁCULO QUE MIRA AL CIELO
Nubes de aves volando en cuña en dirección hacia sus lugares de invernada. Un bonito cuadro que cada otoño se dibuja en el cielo de Urdaibai, tierra de paso de las aves migratorias, que buscan el alimento y el calor del sur. Cada vez son más las personas interesadas en conocer los detalles de este fenómeno de la naturaleza, el turismo ornitológico o “birding”, y la Reserva de la Biosfera de Urdaibai es un espacio único para ello. Los más afortunados disfrutarán con la belleza del águila pescadora y sus espectaculares zambullidas en el agua. Su presencia es un éxito del plan de recuperación del águila pescadora en Urdaibai y una suerte para los amantes del ecoturismo.
CAPTURA LA BELLEZA DE ARTZUBI.
En un paraje donde la naturaleza impone por su esplendor y valor ecológico, el puente Artzubi se mantiene firme al paso de los peregrinos del Camino de Santiago. Lo encontramos en el municipio de Arratzu. Un lugar que te traslada a otra época, y lleno de rincones perfectos desde donde “disparar”. Los colores intensos del bosque, y del sotobosque, el río Golako, la piedra
medieval del puente y su silueta…Te animamos a buscar tu imagen perfecta de Artzubi.
ELANTXOBE BIEN MERECE PERDER EL ALIENTO.
Su ubicación, al abrigo del cabo Ogoño, a pie de mar, y construido “en cuesta”, con sus características calles empinadas, son una invitación a crear esta ruta saludable. El sendero, de casi 2km, ofrece un recorrido distinto; se inicia en el puerto y sube hasta la parte alta por un camino de campas, peatonal, que “suaviza” el ascenso. La plataforma giratoria para autobuses, y la Talaia son puntos de paso, y también de disfrute. Espacios donde recuperar el aliento con la mirada puesta en el mar cantábrico, una perspectiva única que inyecta energía para continuar con el descenso al puerto. Aquí, cárgate de energía arrantzale, y en el muelle del “tinglaue”, podrás imaginar la actividad de antaño entre redes, aparejos y materiales de
pesca
FUSIÓN DE CULTURA PAISAJE Y GASTRONOMÍA.
En laderas con vistas al mar o en paisajes de interior, los viñedos de txakoli son parte del bello paisaje de Urdaibai. Las bodegas eligen su ubicación estratégicamente, por lo general son pequeñas y familiares, y un caldo que en origen se producía para consumo propio en los caseríos, ahora alcanza las mayores cotas de excelencia. Visitar una bodega es disfrutar de una gran experiencia vitivinícola y en Urdaibai puedes hacer una ruta para elegir tu mejor txakoli. Busturia, Muxika, Gernika, Morga e Ibarrangelu son los municipios en los que encontrarás bodegas con visita y cata para “atrapar” sus sabores, peculiaridades y secretos enológicos.
UNA OLA QUE RESURGE EN OTOÑO.
En ambiente surfero de Mundaka alcanza su máximo apogeo en otoño, cuando esta legendaria ola izquierda reúne sus mejores condiciones. Es entonces cuando surferos de todo el mundo llegan dispuestos a cabalgar esta ola, fuerte y rápida, y toman, con permiso de sus vecinos, esta localidad, unida inevitablemente a este bello fenómeno. Un espectáculo digno de ver que comienza en la zona del puerto, con el ir y venir de los deportistas. Para ver, y sentir, la fuerza de la naturaleza, la atalaya es el lugar ideal. Otro regalo del estuario de Urdaibai catalogada como reserva de surf por su carácter excepcional.